Pocas empresas en nuestras latitudes llegan a la cuarta generación desde su fundación. Al tener mercados de capitales poco desarrollados tampoco es caso común que la propiedad de estas esté en manos de inversionistas privados no relacionados a los fundadores o fondos de inversiones que aglomeren títulos. Sin embargo, es interesante estudiar un poco la evolución y transformación de lo que casi siempre nace como negocios familiares y se transforman en corporaciones comerciales.
Varios aspectos resaltan en estas evoluciones empresariales, los estilos de liderazgo, por ejemplo. Viendo en retrospectiva, en muchas de estas corporaciones podemos identificar que los liderazgos necesarios para la sobrevivencia en cada una de las etapas son distintos. Seguramente el líder que creó e hizo nacer y dar sus primeros pasos al emprendimiento no es el mismo que la organización necesite para crecer, expandirse e internacionalizarse. El del crecimiento tampoco es necesariamente el mismo que se encarga de la resiliencia cuando los ciclos del negocio no son tan favorables, porque el orden y la austeridad son en los momentos duros más importantes que la creatividad y la ambición.
La perspectiva del riesgo y su administración es una competencia que los miembros de las organizaciones maduras y corporaciones comerciales deben tener y/o adquirir para llevar a la organización por el camino de la resiliencia. Uno de los objetivos de largo plazo que los miembros de las Juntas Directivas deben plantearse es ¿Qué debemos hacer para garantizar la permanencia y prosperidad de la empresa y sus grupos de interés en el largo plazo? Esto incluye desde cosas tan triviales e inmediatas como la revisión del presupuesto anual de operaciones, hasta cosas tan complejas y vagas como tratar de adivinar si el producto o servicio que ofrece la organización será de valor para alguien tres o cuatro lustros adelante.
Es por esto que la perspectiva del riesgo debiera ser central para las Juntas Directivas, porque es esta la que le permite a la organización navegar con más seguridad de cara al futuro. Es importante destacar también que esta perspectiva será clave para encontrar en dónde se encuentran esas grandes oportunidades que permitirán descubrir anticipadamente un nuevo producto, servicio, mercado y/o práctica que garantice la permanencia de la organización por muchos años más. El riesgo es, en esencia, el trabajo de la Junta Directiva de hoy en las organizaciones.
Fuente: John Carroll
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